Fluye en pequeñas formas, la vida que se multiplica y se divide en cotidiano aliento. Juega a distanciarse, se reúne, renace hacia la muerte, agoniza hacia la manifestación, se encarna como ausencia, desaparece hacia el signo, se proyecta desde lo oculto, se presenta hacia el olvido. La estructura de lo que existe.
Está ahí. Es hábitat, asombro, revelación, silencio. No otra cosa que estancia, equilibrio hacia la perplejidad. Número. Música. Algo corpóreo donde el alma se reconoce.
Nada es algo ajeno.
El que se busca descubre una estructura.
José Manuel Martín Portales
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